Usamos continuamente equipos eléctricos y electrónicos, desde la nevera que abrimos por la mañana para sacar la leche que tomamos en el desayuno, hasta el teléfono móvil que se ha convertido en compañero inseparable de la mayoría de nosotros. Pero estos aparatos tienen una vida útil, que al finalizar, los convierte en residuos. Éstos son los famosos RAEE´s (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).
Primero vamos a delimitar qué es un aparato eléctrico y electrónico. Son aquéllos que necesitan para funcionar corriente eléctrica o campos electromagnéticos, destinados a ser utilizados con una tensión nominal no superior a 1.000 V en corriente alterna y 1.500 V en corriente continua, y los aparatos necesarios para generar, transmitir y medir dichas corrientes y campos.
Se identifican con el símbolo de un contenedor tachado, para informar a los consumidores de que no se pueden arrojar a la basura, si no que deben ser recogidos de manera selectiva.
El Real Decreto 208/2005, de 25 de febrero, sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus residuos (legislación española), agrupa estos equipos en 10 categorías. Por ejemplo, un refrigerador se encuentra en la Categoría 1: Grandes Electrodomésticos; mientras que un ordenador portátil se encontraría en la Categoría 3: Equipos de Informática y Telecomunicaciones.
El ámbito de aplicación del Real Decreto 208/2005 excluye los siguientes aparatos eléctricos y electrónicos:
– Las bombillas de filamentos.
– Los aparatos médicos, aquellos productos que hayan sido implantados e infectados con sangre u otros contaminantes biológicos.
– Las herramientas industriales fijas de gran envergadura, instaladas por profesionales.
– Los que se destinen a fines específicamente militares, necesarios para la seguridad nacional.
– Los que formen parte de otro tipo de aparato no incluido en su ámbito de aplicación.
Los aparatos eléctricos y electrónicos son productos muy complejos, que generalmente incluyen numerosas partes y componentes con piezas metálicas y plásticas, tubos de rayos catódicos, pantallas de cristal líquido, cables, baterías, diversos fluidos, etc. Estas piezas y componentes están fabricados en materiales muy diversos y de diferente naturaleza. Básicamente se trata de metales (férreos y no férreos), polímeros, vidrios y otros materiales (madera, caucho, cartón, etc.). La proporción de cada uno de estos materiales dependerá del tipo de aparato. Los aparatos tecnológicos y de telecomunicaciones pueden llegar a contener más de 60 elementos diferentes. En el caso de un teléfono móvil (donde se utilizan metales y plásticos), se puede contar con la presencia de 40 metales, como por ejemplo: cobre, estaño, cobalto, indio, antimonio, plata, oro, paladio.
Ahora ya sabemos las características generales de los que equipos que serán RAEE´s cuando dejen de ser útiles. Pasamos a ver la importancia de tratar adecuadamente estos residuos.
Los materiales aprovechables que contienen suponen un recurso que no debe perderse, y que tienen que recuperarse, a través del reciclado o su valorización. Una recuperación efectiva de estos metales o materiales es esencial, de modo que puedan estar disponibles para fabricar nuevos aparatos u otros productos. Además, contienen sustancias peligrosas que pueden emitirse al ambiente o ser perjudiciales para la salud humana, si estos residuos no se gestionan y tratan adecuadamente. Todas las etapas de la gestión, desde su recogida, almacenamiento, transporte y tratamiento deben hacerse en unas condiciones seguras, sin mezclarse con otros flujos de residuos (recogida separada), y que eviten manipulaciones o roturas que puedan liberar sustancias peligrosas.
El Real Decreto 208/2005 establece las prioridades en la gestión de estos residuos: prevención, reutilización, reciclado, valoración y eliminación. La prevención de la generación de RAEE´s es prioritaria, pero una vez generados, la recogida separada tiene como objetivo posibilitar el reciclaje de los materiales y componentes que los conforman, y tratar los componentes peligrosos que contienen, hecho que comporta un ahorro de energía, emisiones y materias primas.
Esquema general de la gestión de RAEE´s:
Los RAEE´s deben entregarse:
– En los puntos limpios fijos, móviles o de barrio y en las recogidas a demanda en vía pública o portales, establecidos por los entes locales.
– Al distribuidor cuando compra otro nuevo que sea equivalente. En los comercios y otros puntos de venta en el caso de las lámparas.
– A empresas autorizadas como gestores de esos residuos.
En todo momento la gestión de los RAEE´s deberá de llevarse a cabo por gestores debidamente autorizados por las autoridades ambientales.
Los RAEE´S que no tengan posibilidades de ser prevenidos o reutilizados pueden ser reciclados y valorizados, mediante procesos que incluyan las siguientes fases:
– Descontaminación previa: extracción de fluidos, componentes, materiales, sustancias y preparados materiales componentes y sustancias que se recogen en el Anexo III del RD 208/2005: Tratamiento selectivo de materiales y componentes
– Obtención de fracciones valorizables. En función de los RAEE´s tratados, del diseño de las instalaciones y de las tecnologías disponibles, se obtendrán las diversas fracciones de materiales valorizables.
Esfera Sistemas Integrales 
nunca puso las características el titulo no significa nada de lo que esta en lo demás
Estimada Alejandra, gracias por el comentario realizado. A continuación, resumo el contenido de este post:
– Qué es un aparato eléctrico y electrónico.
– Características generales de los que equipos que serán RAEE´s.
– Prioridades en la gestión de los RAEE´s.
– Información sobre puntos de entrega de RAEE´s.
– Pautas generales sobre el tratamiento de RAEE´s por gestores autorizados.
Un cordial saludo.